sábado, mayo 14, 2005

Otoño

Mediados de la estación. Los buenos tomates ya no son frecuentes en los mercados y comienzan las lluvias. Ahora hay que aprovechar los hongos, el hinojo, la papa de apio, las peras y las manzanas. Tiempo de comer y cocinar guisos (como esos que siempre extraño en los viajes), estofados y pasteles. Tiempo de pensar en comer caliente, en las empanadas salidas del horno y las sopas. Ahora o nunca, corran a su mercado más cercano (por favor, aléjense de los supermercados, donde se preocupan más por las ganancias que la calidad de productos) y compre zapallos, que por su diversidad y versatilidad pueden ser comidos en postres y platos salados.


Una muestra de la colorida temporada en Santiago Posted by Hello

Para mi corazón culinario, esta época es el principio del fin. Pronto, con la llegada del invierno, se perderán muchas hierbas, vegetales y frutas. Tendremos que esperar hasta la primavera para volver a disfrutar el colorido característico y esa explosión sobórica (creo que esta palabra no existe…, no importa, yo ya la añadí a mi diccionario) de los azúcares maduros de los buenos productos en su peak de temporada. Por un par de meses al menos, las visitas a los mercados serán un tanto aburridas. Bueno, aquí debo hacer un paréntesis para advertir que no suelo aburrirme en los mercados. Es mas bien una especie de nostalgia que me llega al espinazo. Eso o el frío y la lluvia. Prefiero hacerme el poeta y decir que es lo primero.

Lo entretenido es planear para el invierno, como nuestros antepasados en tiempos pre-refrigeración. Solo pregúntenle a su abuela como hacía cuando niña (si, ahora... vamos, ¿no pueden llevarla al mercado con Ustedes?). Ya es un poco tarde para pensar en conservas de durazno, pero hace un par de meses lo ideal era hacer mermeladas y escabeches. Aún ahora estamos a tiempo de secar tomates al horno (o al sol si tenemos suerte de un par de días cooperadores) y guardarlos en aceite para disfrutar de su sabor en Julio o Agosto.

También es entretenido el desafío de mantener un menú de temporada en forma constante durante el invierno. Por suerte el clima manda a nuestro organismo, que exige papas y otros carbohidratos que reponen nuestra energía para volver a trabajar en el campo... o en un escritorio, sentado frente a un computador, escribiendo sobre los retos de la gastronomía otoñal.

Lo que me recuerda, nunca hice alharaca por ser este mi primer post en mi nuevo weblog, ni deseé que lo disfruten (solo porque si lo disfrutan me incentiva a seguir escribiendo) . Así que lo digo con otras palabras, y como si estas fueran las primeras que escribo: Tengo un nuevo blog culinario, y me gustaría que lo lean y comenten para mejorarlo constantemente. Pero primero, vayan al mercado con su abuelita, y no compren tomates, porque quedan pocos maduritos, y quiero disfrutar una dulce insalata caprese una vez más antes que comience el invierno.