Acuarela y la Paleta de Colores
Rick Tramonto cuenta, en su libro Amuse-Bouche, que un día caminaba por las calles de Chicago para despejar el stress del día inaugural de su restaurante Trio. Al pasar frente a una tienda para artistas, vio paletas para pintores, y se le ocurrió la presentación de la degustación de caviar, que a la posta se volvería un plato insigne del local. Antes de leer ese libro, siempre asocié paletas de colores con pinturas en acuarela, que además, en mi mente, siempre fueron las de colores más alegres y vivaces. Tal vez por eso siempre consideré Acuarela un nombre adecuado para un restaurante. Un nombre que le pondría al mío de no ser que ya existe uno en plena avenida Vitacura. Es un local brasilero, que hoy por hoy es casi sinónimo de churrasquería y rodizio. Solo que en este, los meseros no traen la carne a la mesa, la mantienen caliente y en exhibición detrás de un mesón, donde un amable cocinero (que me explicó que el corte típico brasilero, la picanha, es el equivalente a nuestro punta de ganso, y no a la punta picaña, como ye había intuido) se encarga de cortarla y servirla en nuestros platos.
Hacía mucho tiempo que no lo visitaba, así que almorzamos ahí este sábado. Ciertas cosas cambiaron desde mi última visita…, o puede ser que nunca antes le presté atención a algunos detalles importantes. No quiero ponerle una calificación a mi visita porque mi experiencia es propia y mi opinión subjetiva, por eso me voy a concentrar en los detalles y los hechos. Empiezo con lo positivo:
En una palabra, feijoada. Cortes alternativos porcinos cocinados junto a un guiso de porotos. Servido con farofa, espinaca, naranja y arroz blanco. Una adaptación de esclavos africanos con los deshechos de sus dueños. A los descendientes de aquellos valientes prisioneros, nosotros no solo les debemos disculpas, ¡también hay que agradecerles! En Acuarela podemos disfrutar el tradicional platillo sabatino cualquier día de la semana. Ahora, yo nunca fui a Brasil, pero debo decir que la que sirven aquí es sabrosa.
Por fin una sección de fumadores decente. Ya se que mi ideal de un restaurante donde fumar esté prohibido puede estar aún lejos en esta ciudad (tal vez cuando abra yo un restaurante en unos cinco años sea el primero), pero ya estaba cansado de una sección de no-fumadores sin ambiente, cerca de los baños y diminuta. Acuarela divide su comedor por la mitad con un mueble que le sirve para el buffet de sus ensaladas, acompañamientos y postres. La mitad de las bien detalladas mesas con manteles y servilletas verdes sirve para los fumadores y las amarillas para los otros (¡Amé la selección de colores!)
El servicio también me dejó una agradable impresión. Nuestro mesero conocía bien la preparación de los postres, y pudo explicarnos con elocuencia sobre el quindin, a base de coco rayado y yemas de huevo. Es cierto que no había muchas mesas llenas, y honestamente espero que haya sido la excepción, pues no me gustaría que este local, que ya lleva varios años en Santiago, cerrase por falta de afluencia. Es encantador cuando termino de servirme la última gota de bebida en mi vaso y ya hay un amable y educado mesero listo para retirar la botella vacía y preguntarme si no quiero una nueva. En este punto aprovecho de hacer un paréntesis para decir que ya me cansé que los restaurantes tengan mesas de apoyo para mi coca cola Light. Es inevitable que vacié mi vaso antes que ellos se den cuenta, y de verdad no me molesta servirla personalmente.
La variedad también es bienvenida, especialmente en el sistema de buffet y rodizio. Más de 12 variedades de proteínas en espadas son complementadas por una diversidad de mariscos fríos, ensaladas, frituras (papas, polenta y plátano), encurtidos, quesos y panes (incluyendo mi favorito: pan de queso, a base de harina de yuca)
En lo negativo, mayormente encontré problemas de control de calidad. Por la variedad de platos que ofrecen, es difícil mantener la consistencia. El ya mencionado pan de queso estaba más pequeño y menos sabroso que mi última visita. Igualmente, había menos carnes en la feijoada, y la encontré un poco líquida. En la selección de ensaladas también encontré un error de criterio. Me pareció que muchas de ellas incluían mariscos. Comprendo que una de las maravillas de Chile es poder disfrutar tal variedad marítima, pero mucha gente no gusta de (o es alérgica a) mariscos. Mi idea de ensalada incluye lechugas, tomates, rábanos, zanahorias, tal vez huevos y crutones. Finalmente, las carnes estaban suaves y cocidas a perfección. Pero para la variedad que ofrecen, podrían preocuparse de marinadas o curas que puedan darle un valor agregado a su oferta.
Me agradó volver a Acuarela, y ver esa paleta de sabores. Recomiendo que lo visiten para una experiencia diferente y no tradicional (especialmente los postres). No voy a incluir su dirección física, pero encontré un sitio web que demuestra su preocupación por el servicio al cliente, claramente su ventaja comp
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