lunes, enero 23, 2006

Entre el Sol y el Vino


Este fin de semana me fui de paseo por uno de los valles vitivinícolas de la zona central de Chile. A menos de 200 kilómetros de distancia de Santiago se encuentra el valle de Colchagua, hogar de varias viñas productoras de vinos de altísima calidad. Aparte de eso, antes de este fin de semana, sabía que había una serie de tours (incluyendo un tren del vino) por las diferentes viñas, con varias alternativas gastronómicas y de hospedaje.

Decidimos darnos una vuelta por ahí aprovechando el verano y para salir un poco de la ciudad. Además habíamos oído de un festival gastronómico en Santa Cruz, y yo tenía curiosidad por ver de qué se trataba. No se si el festival me hubiese decepcionado. Era en la plaza, lo que el lo mismo que decir a la salida de las puertas del hotel. Sin embargo, lo visitamos solamente la noche del viernes, que fue la misma noche que arribamos al pueblo, pues el sábado nos dedicamos a pasear por la viñas.

Nuestra primera parada fue Montes Alpha, una de las viñas favoritas de papá. Probamos un Cabernet Sauvignon y quedamos todos contentos. Desistimos a los tours que nos ofrecían porque, verdaderamente, ya hemos estado en varias viñas. Tal vez yo era el más interesado, pero me contenté con tomar algunas fotos a las plantaciones. Nuestra siguiente parada fue Viu Manent, a tan solo unos 15 minutos de distancia. Ahí probamos un ensamblaje en el que dominaba el Malbec, una uva característica Argentina, pero que esta viña aprendió a dominar y de la que hace buen uso en excelentes vinos. En esta viña también almorzamos, lo que me dio la opción de degustar la influencia de mi amigo y mentor, el chef Claudio Marras, quien ayudó en el armado del restaurante hace aproximadamente un año. Si debo recomendar un lugar para comer en Colchagua, no dudaría en dirigirlos a esta viña, que, según me comentaron los administradores, dentro de este año inaugurarán un pequeño hotel y unos atractivos paseos en globo (desde ya, yo me anoto).

Aprovecho de comentar sobre mi hospedaje. El Santa Cruz Plaza debe ser uno de los hoteles más lindo que he visto. Ha sabido mantener un fuerte carácter campestre, pero sin sacrificar la comodidad. Mi única queja es sobre el mediocre restaurante. No digo que la comida sea mala, pero, considerando la cantidad y calidad de vinos ofrecidos, se nota que no saben sacarle provecho. Y si están en Santa Cruz, aprovechen de visitar el interesante Museo de Colchagua, que mantiene diversas colecciones (desde un tren antiguo hasta fósiles y artesanía precolombina)

El domingo volvimos a Santiago, pero hicimos una escala técnica en otra viña: Casa Silva. Esta, a pesar de estar aún en el valle, queda un poco más alejada de las anteriores y produce unos excelentes vinos blancos. Recomiendo el Sauvignon Gris, que, al no ser pretencioso, es el vino ideal para acompañar una calurosa tarde de verano. Yo tengo una botella fría en mi refrigeradora. Es, tal vez, el equivalente al Vinho Verde Portugués. Una antigua casa señorial se ha convertido en hotel, restaurante y centro turístico. Al estar aún más cerca de Santiago, debería ser la primera parada obligada de quienes tengan interés en conocer los buenos vinos de este valle. Yo creo que en un futuro viaje por la zona, me alojaré en este hotel, y disfrutaré un poco más del campo. Ya quiero estar de nuevo en el sol, con la compañía de los vinos.