jueves, julio 17, 2008

Una Campaña Pro Pescados

Es gracioso. Al ver el mapa de Chile, con sus cuatro mil kilómetros de costa, uno podría imaginarse una dieta rica en pescados y mariscos. Sobre todo considerando que no lejos de esta costa están ya las inhóspitas montañas, donde lo poco que crece no alcanza para alimentar a muchos animales. Chile tiene una amplia e interesante fauna marina que, en su mayoría, está siendo desaprovechada.

En efecto, en un estudio realizado por la empresa Collect Gfk (e impresa por El Mercurio el 17 de julio de 2008), las carnes rojas siguen liderando el consumo proteínico de los chilenos, quienes las consumen 2.1 veces por semana. En cambio, los pescados, apenas llegan a un día por semana en promedio.

Creo que este es uno de los casos en que nosotros, los cocineros, tenemos que tomar responsabilidad en el cambio dietético de nuestros clientes. Por nuestra cuenta lo tratamos de hacer sutilmente en nuestros restaurantes, pero juntos podemos crear una campaña real más efectiva. Que seamos una falange real, con un frente amplio, y que nuestro mensaje no sea solo difundido en nuestros restaurantes o blogs o alguna entrevista. Queremos hacer una campaña con prensa en serio (ojalá alguna columna en un diario importante, o una franja corta en un programa televisivo de alta audiencia). También queremos asociarnos estratégicamente con el ministerio de salud y con una o varias universidades.

El mensaje es claro, nuestra dieta en Chile tendría que tender más hacia la mediterránea. Es decir, necesitamos comenzar a basar nuestra alimentación en pescados y mariscos, en aceite de oliva, en verduras y en una moderada ingesta de vino.

La recomendación es que se consuma pescado de 3 a 4 veces a la semana, carne roja una o dos, legumbres una y pollo una. Con tanta costa, esto no tendría por qué ser difícil. Sin embargo, el conocimiento de nuestro mar es limitado. Sabemos de la existencia de demasiados pocos pescados, y por tanto no sabemos cómo cocinarlos. Eso hace que se pesque mucho de una variedad de pescado (poniendo la especie en peligro) y haciendo que el resto de los pescados tenga un precio demasiado alto (por poca oferta). Con algo de educación, podemos revertir un poco esas tendencias y comenzar a pensar en una dieta más sana. Creo que es hora de explotar responsablemente nuestro océano y disfrutar de su variedad.